lunes, 16 de enero de 2012

segunda parte de la cuarta parte:

-anastasia ¿quieres que nos quedemos un rato mas? Si quieres, me quedare con tigo- le dijo arthur a anastasia, mirando su largo cabello castaño y su cara sonrojada. Anastasia no lo miro a los ojos, sabia que se aturdiría.

-si, gracias. – dijo anastasia.

Levante mis ojos hacia el para mirarlo, arthur me miro a los ojos.

-arthur, hay algo muy importante que quiero decirte – le dije aun con rosa en las mejillas mirando su rostro.

-dime lo que quieras – dijo el, con su tono dulce, levanto mi rostro con su mano y mis ojos quedaron bajo la fuerza y el magnetismo de los suyos.

-te amo, arthur… - le dije, sintiendo cada palabra, suspire y mi mente quedo sumergida en sus ojos.

Hubo unos segundos de total silencio.

- yo también te amo muchísimo. – me dijo arthur.

Ya era de noche, pero eso no me importaba, rodee su cuello con mis brazos, el tomo mi costro con sus manos y me beso.

Cuarta parte:


Tic, tac. . . tic, tac. . . tic, tac. . .

A mi me gustaba mucho el sermón, era sobre el verdadero amor, a arhtur también paresia gustarle, quería estar segura pero me daba pena preguntarle…

Cuando la misa termino supe que había llegado el momento, pero me daba tanta vergüenza, puse mis manos en mis rodillas, las cuales temblaban un poco, baje la cabeza y recordando lo que quería decirle a arhtur me puse roja y comencé a sentir que mi cara ardía. Las personas salieron de la iglesia, los padres de arthur despertaron a los niños y arthur despertó a ani para despedirse de ella, la niña era caprichosa, según su madre, quería quedarse con su hermano por que había estado muy a gusto mientras dormía.

La pequeña seguía asiendo berrinches cuando arthur se quito las manos de su hermanita menor, que eran como pinzas agarradas a su chaqueta negra. Arthur le prometió que iría a verla el próximo fin de semana, y cuando la niña se dejo llevar en los brazos de su madre, todos salieron caminando de la iglesia menos arthur y yo. Y ani seguía teniendo sus grandes ojos azules clavados en arthur mientras su mamá la cargaba y salían de la iglesia.

Arthur y yo seguíamos sentados juntos, yo me preparaba para decirle que lo amaba, y creo que el me estaba mirando, estábamos completamente solos, sentía sus ojos mirando mi rostro.

Me gustaría saber que estas pensando. . . - pensaron anastasia y arthur al mismo tiempo, en lo más profundo de sus mentes, algo los conectaba.

Tercera parte:

Llegando al amor:

Llegamos a la iglesia, y los padres de arhtur, Elisa y Joseph silgan, fueron a sentarse en una de las primeras filas, arhtur y yo nos sentamos unas filas atrás, y la pequeña ani, (la hermanita menor de arhtur, de 6 años) nos siguió, los otros, tres varones, Dilan y estafan de 7, y jack de 8 años, fueron a sentarse con sus padres. La pequeña ani se sentó junto a su hermano, yo me senté a la derecha de arhtur, comenzó la misa…

Cuando el padre Aurelio comenzó a dar el sermón, los hermanitos de arhtur se avían quedado dormidos, la pequeña ani había comenzado los primeros 5 minutos de la misa sentada muy quieta al lado de su hermano, ya iba a terminar la misa y avía terminado sentada en las piernas de arhtur, completamente dormida y la cabeza apoyada en su pecho. Era una niña muy pequeña, con el cabello negro y liso, y con unos grandes ojos azules. Arhtur la abrasaba por el torso por si se movía, y miraba hacia el frente de vez en cuando mientras escuchaba el sermón del padre.

Unas filas mas adelante, los padres de arhtur escuchaban el sermón, mientras el padre Aurelio hablaba ambos intercambiaban miradas de vez en cuando, escudriñando y analizando cada palabra que salía de la boca del joven padrecito, como los cómplices que eran.

Segunda parte:

A mitad del camino.

Ya estábamos a la mitad del camino y seguía lloviendo, yo estaba abrasada al brazo derecho de arhtur y ambos caminábamos muy juntos bajo el paraguas negro que el sostenía con la mano derecha, mire hacia su hombro izquierdo sin que el lo notase, la parte de su hombro izquierdo que estaba cubierta por su chaqueta negra estaba empapada, lo cual aseguraba que yo no lo estuviera, sonreí y levante mi rostro para mirar el suyo, quería conservar aquel momento para siempre, sin los cadáveres que se pudrían bajo tierra, ni las frías lapidas de mármol o cemento, solo quería al perfecto muchacho de cabellos negros como el carbón, su rostro de mármol, sus labios, su altura y las cejas, junto a mi parte favorita de el, sus ojos, como si estuvieran hechos de oro liquido, ese par de ojos siempre me seducían, aturdían y atraparían haciendo que me quedara sin aliento o que olvidase respirar por varios segundos.

viernes, 6 de enero de 2012

ahora una pequeña historia que escrivi hace un tiempo...

Primera parte:

Lo que he estado esperando.

Hoy es domingo, es el día que escogí para decirle a arhtur que lo amo. Desde tenprano el cielo ha estado nublado y, ahora es de tarde y esta lloviendo, los padres y los hemanitos menores de arhtur vinieron de visita el fin de semana, desidimos ir a la iglesia todos juntos y no me negue por que no tenia rasones para aserlo.

La iglesia del pueblo era adorable y bellísima, lo que no me gustaba era el gran cementerio que pertenece a las familias que viven en el pueblo, incluso habían lapidas de ex alumnos que habían estudiado en el instituto lauren, en donde estudiábamos arhtur y yo, y varios meses antes de graduarse avían muerto de una sangrienta y terrible forma.

Todos estaban juntos en una sola hilera de aquellas grises y frías lapidas, no podía evitar mirar aquellas lapidas. Y los nombres de aquellos 7 adolescentes, que al desobedecer a su director, se habían escapado una noche para hacer una hoguera en aquel bosque prohibido y muy lejano al instituto, pero de todas formas, la tentación pudo más. En ese bosque cada prado, árbol, cueva y laguna, estaba completamente infestada de hombres lobo y vampiros que habían dejado sus sentimientos humanos atrás hace cientos de años.

Eran todo mounstros, mounstros asesinos sedientos de carne y sangre, que al ver las llamas de la hoguera en medio del bosque, una noche oscura y de luna llena, no dudaron en lanzarse sobre aquellos apetitosos, idiotas e indefensos adolescentes.